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Sitges 2022. Entrevista a Colin Arthur

En la pasada edición del Festival de Sitges, se otorgó el Gran Premio Honorífico al británico Colin Arthur, destacado artista de efectos especiales. Reconocido por ser el creador de las carismáticas criaturas de «La historia interminable» (1984), Colin cuenta con una extensa trayectoria en la creación de efectos especiales artesanales. Su carrera en el cine se inició mientras trabajaba como escultor de figuras de cera en el Museo de Madame Tussauds en Londres. Fue allí donde Stuart Freeborn, el creador de Yoda en la saga «Star Wars», le solicitó ayuda para idear y fabricar los simios de «2001: Una odisea del espacio» (1968) de Stanley Kubrick. Las máscaras que inventó para los simios revolucionaron el concepto del maquillaje protésico y tuvieron un impacto en películas como «El planeta de los simios» (1968).

Además, Colin colaboró estrechamente con el maestro del stop-motion Ray Harryhausen en películas como «El viaje fantástico de Simbad» (1973), «Simbad y el ojo del tigre» (1977) y «Furia de titanes» (1981), donde realizó algunos de sus primeros animatronics.

Soy un admirador del trabajo de Colin Arthur, especialmente por esa emotiva adaptación de la novela de Michael Ende que es «La historia interminable» (1984). Esta película marcó mi infancia. Creo que todos los que crecimos con ella nos identificamos con Bastian y soñamos más de una vez con ser valientes como Atreyu surcando los cielos en los lomos de Fújur el dragón blanco de la suerte. Al igual que Bastian, anhelábamos vivir sus aventuras y conocer a la Emperatriz Infantil, entablar amistad con el entrañable Comepiedras, consultar a la vieja tortuga Morla y subirnos al Caracol de Carreras.

Por eso, cuando surgíó la oportunidad de conocer a Colin en persona y entrevistarlo, no la dejé escapar. La entrevista se tornó rápidamente en una distendida y divertida charla, en la que entre risas me reveló fascinantes anécdotas y trucos tras algunos de sus efectos especiales más increíbles. A continuación, comparto un fragmento revelador de esa conversación, donde Colin Arthur comparte con nosotros algunas de sus experiencias y secretos en la creación de sus asombrosos efectos.

 

Colin Arthur y Jordi Izquierdo

 

Jordi Izquierdo:
– Colin, para mí tu película más importante es «La historia interminable». Me fascinan tus criaturas: Fújur, el Comepiedras, Morla, el Caracol de Carreras, el murciélago… Si por desgracia la Nada devorase nuevamente Fantasía, ¿cuál de los personajes que creaste para la película salvarías?

Colin Arthur:
– Para mí… Fújur. Sí, sí. Pero… estoy bastante feliz con el trabajo de los dos gnomos. Ellos como actores son muy interesantes.

Jordi Izquierdo:
– Me gustaría saber hasta qué punto te dieron libertad a la hora de crear los personajes. Es decir, ¿tenías unas directrices muy marcadas o fue todo fruto de tu imaginación?

Colin Arthur:
– Mi imaginación. Me basé en una edición original del libro alemán que tiene unas ilustraciones dentro. Los primeros cuatro meses de la película no hubo director, sólo un departamento de arte muy pero que muy flojo. En el mundo del cine, depende de accidentes; si hay una persona que es muy fuerte, sus ideas pueden superar al director. Un director de cámara puede controlar mucho una película.

Jordi Izquierdo:
– En el libro de Michael Ende hay un dios del viento; tengo entendido que tenías previsto recrearlo en las nubes. ¿Me puedes contar por qué al final no se llevó a cabo esa idea?

Colin Arthur:
– Política del cine. Necesitaba que mi departamento de maquillaje de criaturas tenga un engranaje con el departamento optical, porque las nubes se producen en un estanque de diferentes densidades de líquidos, donde los dioses son esculpidos soplando líquidos para que pareciera la cara del viento. Si tú tienes coloración en suspensión en un líquido, cuando lanzas agua transparente, las nubes de color tienen aspecto… precioso, absolutamente precioso.

Jordi Izquierdo:
Oh, qué lástima.

Colin Arthur:
Es la política, la política aplasta el concepto.

Jordi Izquierdo:
El libro de Víctor Matellano está muy bien documentado. Gracias a él he descubierto que fuiste el creador de diversas innovaciones en el campo de los efectos especiales, como por ejemplo la cabeza humana que se derrite en «Alien», que luego fue copiada en «Indiana Jones y el Arca Perdida».

Colin Arthur:
Sí, sí, sí, esto es mío. Yo estaba haciendo una película de Drácula y teníamos una secuencia en la que la cabeza de Drácula era destruida cuando es tirada por las velas de un barco. Yo hice varias cabezas en espuma de cera. Pero la escena salió muy bien en una sola toma. Así que tenía dos cabezas sueltas y se las llevé a Ridley y le dije: «Ridley, ¿quieres que destruyamos esta cabeza y que ese hombre de efectos prepare un lanzallamas con propano?» Una cosa: la secuencia que tú tienes no está pagada por «Alien», está pagada por mí.

Jordi Izquierdo:
También ideaste las espadas flexibles de «Conan el bárbaro», que ahora se usan en muchas películas.

Colin Arthur:
En esta película había gente que usaba espadas de madera, gente que usaba espadas de verdad… La chica tiene un accidente con Arnold, que le causa un corte muy profundo en esta zona de la mano. La solución es muy simple: le encargo a mi esposa, que estaba en el departamento de montaje, que usen unos alambres de piano, una cosa muy ligera, que puedas golpear en la cara. ¡Y wow! No hay problemas. Ahora la gente de los efectos especiales hace las espadas de esta forma. Es muy útil, porque no necesitan tantos ensayos. A veces ves películas donde la gente está haciendo cosas coreografiadas y no hay espontaneidad. Con mis espadas que no hacen daño, no hay problemas.

Jordi Izquierdo:
¿Consideras que la industria del cine te ha agradecido lo suficiente la aportación que has hecho a los efectos especiales con todos tus inventos? O sea, lo que tú has aportado a los efectos especiales, ¿notas que están agradecidos o que se han olvidado?

Colin Arthur:
¡Wow! Ya pueden hacer lo que quieran.

Jordi Izquierdo:
Viviste el fin de una era con «Furia de titanes» de Ray Harryhausen, y viviste cómo el stop-motion se fue sustituyendo por la animatrónica. Tú que eres un artista de los efectos especiales artesanales, ¿qué opinas de la implantación del CGI? ¿Es una evolución o una involución? Es decir, ¿es positivo que se haga todo ahora con un ordenador o lo ves como algo negativo?

Colin Arthur:
Es positivo. La jugada todavía está en discusión sobre esto. Hay niños que miran efectos hechos en CGI y dicen a sus padres: «Esto no es real».

Jordi Izquierdo:
Claro, no tienes esa magia, esa naturalidad de que está al lado.

Colin Arthur:
Es la segunda vez que me dicen esto aquí. Es muy importante. El CGI ayuda mucho. He hecho una película con Víctor, con una sirena. La escena es absolutamente perfecta, pero por culpa de una cosa técnica no sale perfecto. Aunque en el montaje no se nota, detrás de donde está centrada la sirena hay todo de barcos de turistas que querían ver qué estábamos grabando en esa roca. El fondo estaba lleno con barcos y la historia sucede en otra época. Víctor siguió rodando con los barcos ahí, diciendo que esto se corregía con el CGI, que no es muy caro. Pero para mí sí que es un handicap; cuando rodé con Ray Harryhausen una escena con toda la flota inglesa, nos pasamos horas sin que pudiéramos rodar nada, porque entraban por cámara barcos, aviones, etc.

Jordi Izquierdo:
Esta historia que me has contado me recuerda a una anécdota que leí en el libro de Víctor. Cuenta que el rodaje de un anuncio que estabas grabando con una ballena enorme a escala real, provocó que Greenpeace la quisiera salvar de verdad. ¿Eso es real?

Colin Arthur:
Sí, sí, es real. Alguien pasó en un ala delta y tomó fotos. Mandó las fotos a un periódico e inmediatamente fue como un volcán y… Greenpeace se presentó al rodaje. Un lío, pero va… Una cosa que pasa.

Colin Arthur: (Risas)

Jordi Izquierdo:
Otra cosa, dentro de tus películas en el panorama español destaca «La Grieta», de Juan Piquer Simón, por la que lograste un Goya. De esa película, ¿qué es lo que más te gustó de participar en ella? Porque en esta ocasión haces de actor también.

Colin Arthur: (Risas)

Colin Arthur:
Jejeje, hacer de actor fue toda una experiencia. Pero ese enorme monstruo que sale directamente a la cámara y que con sus tentáculos coge a uno de los actores… Esto para mí es el monstruo más importante. Los detalles de la figura tenían que ser muy precisos, ya que era muy pequeña y llenaba toda la pantalla.

Jordi Izquierdo:
Me gustaría que me hablaras del rodaje de «Wax» que rodaste con Víctor Matellano. Me parece curioso, pues iniciaste tu carrera en el Museo de cera Madame Tussauds como escultor, y esta película transcurre en un museo de cera.

Colin Arthur:
Me gustó mucho rodar con Víctor en el museo de cera de Madrid. Pero en esta ocasión yo no esculpí en cera, son modelos de látex. Me encargué de hacer una cabeza de Jack Taylor que da vida al Dr. Knox, y una figura del famoso actor español de terror Paul Naschy. Y bueno… me encargué de todo el gore y la casquería.

Colin Arthur: (Risas)

Jordi Izquierdo:
Una última cosa para terminar, ¿de las películas que has llevado a cabo aquí en España, cuál es tu favorita? ¿De cuál estás más orgulloso?

Colin Arthur:
Muchos años más tarde, hice una película con unos estudiantes llamada «Espantapájaros». Me gusta esta porque es de animatronics como «La historia interminable» pero hecho hidráulicamente y no con cables. Me gusta este proyecto porque demuestra que con poco presupuesto, y con solo un poco de imaginación, cualquier productor podría desarrollar otra «Historia interminable».

 

Jordi Izquierdo Olivé

 

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