Esta última edición del Festival de Sitges nos ha demostrado que el cine de género en España existe y goza de buena salud. Hay que reconocer que la cosecha de cine fantástico y de terror de este año ha resultado de un gran nivel, tanto por los nombres vinculados al género como por el descubrimiento de nuevos talentos. Nuestro ecosistema audiovisual está dejando huella y no solo dentro de nuestras fronteras. El festival es consciente de que el cine español está viviendo uno de sus mejores momentos, y lo está convirtiendo en uno de sus ejes estratégicos. De hecho, el director catalán Jaume Balagueró fue el encargado de inaugurar esta 55 edición con «Venus», apadrinada por Álex de la Iglesia dentro del proyecto «The Fear Collection» que proveerá de películas de terror a nuestros cines en los próximos años.
Venus (Jaume Balagueró)
Basada vagamente en el relato «Los sueños en la casa de la bruja» de H.P. Lovecraft, Jaume Balagueró nos presenta a Lucía, una bailarina que comete el grave error de robar a sus jefes en la discoteca donde trabaja. Perseguida por una horda de matones, se esconde en un edificio del extrarradio de Madrid en el que vive su hermana con su hija.
«Venus» seguramente no pasará a la historia ni será recordada, pero entretiene lo suficiente como para pasar un buen rato. Nos gustará más o menos, pero no hay duda de que tiene ADN cien por cien Sitges. El tramo final es una locura tras otra, combinando el terror con escenas de acción violentas, el humor negro, el misticismo y el gore más gamberro.
Cerdita (Carlota Pereda)
«Cerdita» es una de esas películas un tanto sobrevaloradas que han levantado gran ovación de crítica y público. Aunque en realidad se la está valorando más por su mensaje de denuncia contra el bullying y aportar una mirada femenina al género, que por su valor cinematográfico. Tiene un inicio muy interesante que equivale al excelente cortometraje en el que se basa, con el que por cierto, Carlota Pereda gano el Goya.
Nos presenta una chica obesa que sufre acoso y tiene que soportar toda clase de humillaciones y vejaciones por parte de las otras chicas de su pequeño pueblo de Extremadura. Pero todo terminará cuando un desconocido llegue al pueblo y secuestre a sus acosadoras. Ella lo ha presenciado todo, y tendrá que decidir entre hablar para salvar a las chicas, o no decir nada para proteger al extraño hombre que la ha salvado.
A pesar de las buenas intenciones, «Cerdita» es el claro ejemplo de que un buen cortometraje es mejor no alargarlo innecesariamente. Desaprovecha el potente material de partida, para convertirse en un slasher bastante moralista, deudor de la «La matanza de Texas» (1974).
Es una lástima, que acabe cayendo en los tópicos y desestime lo que podría haber sido una historia más transgresora basada en la venganza.
Unicorn Wars (Alberto Vázquez)
«Unicorn Wars» es un relato antibelicista que, mediante dibujos animados de diseño infantil, nos narra una fábula sobre el origen del mal. Esta reinterpretación de «Apocalypse Now» (1979) nos muestra la guerra entre osos amorosos y unicornios, por el control de un bosque mágico. Con respecto a la animación es una película exquisita, con una narrativa visceral que no rehúye de la crueldad extrema y la ultraviolencia explícita. Es descaradamente cruel con sus personajes, al estilo de la famosa serie de animación flash «Happy Tree Friends» .
Viejos (Raúl Cerezo y Fernando González Gómez)
Una ola de calor sin precedentes hace que nuestros mayores se comporten de forma extraña, mientras que la temperatura sigue aumentando.
En «Viejos» los cineastas Raúl Cerezo y Fernando González Gómez, abordan desde el cine de género la vejez. Es una propuesta interesante, con un inicio prometedor, pero pronto se hace evidente que no es todo lo convincente que cabría esperar. Nos ofrece una mezcla de terror, thriller y drama con tintes de ciencia ficción que no termina de cuajar en ninguna de sus vertientes. Eso sí, tiene buenas ideas y algunos momentos puntuales de lo más espeluznantes.
Mantícora (Carlos Vermut)
El nuevo trabajo de Carlos Vermut, cuenta la historia de Julián, un diseñador de videojuegos que vive torturado por un oscuro secreto. Cuando Diana aparezca en su vida, Julián comenzará a ver una oportunidad de ser feliz.
Aunque el festival de Sitges nos ha vendido «Mantícora» como una película de género, más bien es un drama contenido que toca un tema muy delicado. Trata sobre monstruos reales que podemos encontrarnos en nuestra vida cotidiana, a la vez que habla de la necesidad de amar y ser amado.
«Manticora» no es recomendable para gente aprensiva. Es una de esas películas que te dejan muy mal cuerpo. Malsana y enfermiza, es una apuesta diferente y arriesgada, tremendamente perturbadora.
Obviamente, cubrir un festival como este es inabarcable. Para mí no consiste tanto en hablar de determinados títulos concretos muy mediáticos, sino más bien en transmitir una muestra del género fantástico que tanto nos estimula. Como siempre, se han quedado fuera unos cuantos títulos que merecen ser mencionados:
«La piedad» de Eduardo Casanova es una mezcla entre terror y melodrama, sobre la maternidad como vampirismo emocional, de un omnipresente color rosa.
«Irati» es una película de espada y brujería dirigida por Paul Urkijo, quien nos sorprendió con «Errementari: El herrero y el diablo» (2017). Regresa con su mitología fantástica ambientada en la Euskadi medieval, rodada íntegramente en euskera.
«La paradoja de Antares» es una modesta película de ciencia ficción sobre una científica que se enfrenta a un difícil dilema.
«Asombrosa Elisa» es un sugerente thriller fantástico sobre una niña que quiere vengar la muerte de su madre.
«La niña de la comunión» es terror costumbrista a partir de una leyenda urbana que se cuenta en Galicia, sobre el fantasma de una niña vestida de comunión que se aparece al estilo de la chica de la curva.
No puedo terminar este repaso por lo que ha dado de sí el cine español sin mencionar la última producción de Rodrigo Sorogoyen, «As bestas» un crudo e incómodo thriller, ambientado en una aldea de Galicia, rodado en castellano, gallego y francés.
Como apunte final tengo que hacer hincapié en que el certamen apuesta por el territorio del audiovisual en un sentido amplio, abarcando también el documental. Un buen ejemplo es «[REC] Terror sin pausa» , un documental dirigido por Diego López cuando se cumplen 15 años del estreno de la saga, y «El valle de Concavenator» de Víctor Matellano al que ya le dediqué un artículo. En este marco también se proyectó el primer episodio de «Ummo» una miniserie documental de Movistar Plus que analiza el primer gran avistamiento de extraterrestres en nuestro país y su influencia en la televisión y la sociedad.