El cineasta italiano Ruggero Deodato, director de la controvertida película de terror «Holocausto caníbal» (1980), ha fallecido este jueves a los 83 años.
Ruggero Deodato revolucionó el cine de horror de serie B con esta película considerada una de las más crudas y polémicas de la historia del cine. El cineasta incluso acabó en los tribunales, acusado de haber matado a sus propios actores, pues las imágenes que se mostraban en el film parecían extremadamente reales.
Está considerado el creador del subgénero found footage o falso documental con el formato de metraje encontrado. «Holocausto caníbal» es pionera en este modo de narración, rodada cámara en mano, que llevaría al éxito en los años 90 «El proyecto de la bruja de Blair» (1999) y posteriormente películas como «REC» (2007), «Paranormal Activity» (2007), «Monstruoso» (2008) o «La visita» (2015).
La perturbadora «Holocausto caníbal» trata sobre una expedición que quiere averiguar qué les ha ocurrido a un grupo de jóvenes reporteros que ha desaparecido al adentrarse en la selva amazónica, cuando realizaban un documental sobre una de las últimas tribus que habitan en esa región, de las que se dice que aún practican el canibalismo. Para su sorpresa, encuentran unas cintas con el material rodado. Un crudo y perturbador metraje que desvela la brutalidad con la que los reporteros han tratado a los nativos para conseguir imágenes más impactantes y como estos se vengan matándolos y devorándolos.
Como he mencionado anteriormente «Holocausto caníbal» fue tan polémica que, pocos días después de que se estrenase en Italia, Ruggero Deodato fue arrestado acusado de haber matado a los protagonistas. Causó un verdadero revuelo, ya que muchos espectadores creyeron que era una película snuff que jugaba con el subgénero mondo, por la crudeza de algunas escenas que parecían reales. Para librarse de la condena se vio obligado a revelar como había filmado los efectos especiales de la película, como por ejemplo la brutal escena del empalamiento. Además tuvieron que acudir los actores en el juzgado para demostrar que estaban vivos. No se puede negar que el mayor mérito de «Holocausto caníbal» es su verosimilitud. El impacto fue tal, que incluso la revista «Interviu» publicó un reportaje sensacionalista sobre la película asegurando que los acontecimientos mostrados eran reales.
El escándalo ayudó a promocionar la película en todo el mundo. En Italia, sin embargo, «Holocausto caníbal» continuó prohibida hasta finales de los años 90, coincidiendo con el estreno de «El proyecto de la bruja de Blair» .
Con un pie siempre puesto en el cine de género, Ruggero Deodato cuenta con una amplia filmografía que abarca desde comedia, drama, terror, aventuras y ciencia ficción. No obstante su trayectoria siempre ha acabado destacando por la violencia en sus distintas variantes: como por ejemplo en la ultraviolenta película policíaca «Brigada anticrimen» (1976); el rape and revenge «Trampa para un violador» (1980) inspirada en «La última casa a la izquierda» (1972) de Wes Craven; La grandiosa «Los invasores del abismo» (1983) que mezcla una trama apocalíptica con cine de aventuras, terror y acción; el slasher «Camping del terrore» (1986) que aprovechó el tirón de «Viernes 13» (1980); la película de espada y brujería «Los bárbaros» (1987); el peculiar psicópata de «Bestia asesina» (1988) o el simpático giallo «La lavadora asesina» (1993). Sin olvidarnos de sus dos otras películas sobre el subgénero del canibalismo que son «Mundo caníbal, mundo salvaje» (1977) y «Infierno en el amazonas» (1985) que mezclan violencia, sexo y gore.
Su obra, su sadismo y su particular manera de entender el cine, ha servido de inspiración a directores como Oliver Stone, Quentin Tarantino y Eli Roth. De hecho, este último le convenció para hacer un cameo en «Hostel 2» (2007), donde a modo de homenaje interpreta a un adinerado caníbal italiano.
Con estas líneas nos despedimos de Ruggero Deodato, un cineasta transgresor que nos traumatizó con su «Holocausto caníbal» , una dura crítica social sobre la cruel naturaleza de los seres humanos. Una obra de culto que ahora sería imposible de rodar.