Es un mal día para los aficionados a la Serie B. Larry Cohen, referente indiscutible del cine independiente americano, ha fallecido a los 77 años.
Durante la década de los setenta y los ochenta dirigió películas muy peculiares, con absurdas y delirantes premisas, que se han convertido en obras de culto.
Los títulos claves de su filmografía son la saga de bebés monstruitos iniciada con «¡Estoy vivo!» (1974), “La serpiente voladora” (1982) y «The Stuff: sustancia maldita» (1985). Larry Cohen también tuvo un gran recorrido como guionista, donde destaca su colaboración con William Lustig en la saga de “Maniac Cop” (1988) y “Muerto el 4 de julio” (1997).
«¡Estoy vivo!» (1974)
Este clásico de la Serie B, es un cruce entre el melodrama y el terror, que nos narra la historia de una mujer que tras consumir píldoras anticonceptivas estando embarazada da a luz a un monstruito homicida. La película tiene dos secuelas “Sigue vivo” (1978) y “La isla de los vivos” (1987).
“La serpiente voladora” (1982)
Un conjunto de asesinatos, que parecen rituales paganos, tiene desconcertada a la policía de Nueva York, mientras que una extraña criatura surca los cielos decapitando a todo aquel que asoma la cabeza. Este thriller detectivesco es uno de los mayores éxitos de Larry Cohen.
«The Stuff: sustancia maldita» (1985)
Finalmente os recomiendo esta sátira de la sociedad consumista. En ella, unos operarios encuentran un yacimiento en el que brota del suelo una sustancia viva con textura de yogur. Lógicamente, sin ningún reparo, se la llevan a la boca para probar a qué sabe. Como ven que es dulce y muy adictiva, la embotellan y comercializan para ser consumida. ¿Qué puede salir mal?
Esperemos que, tras esta triste noticia, alguien se decida a distribuir el documental «King Cohen: The Wild World of Filmmaker Larry Cohen», que pudimos ver hace un par de ediciones en el Festival de cine de Sitges.