Un poeta de lo macabro
No os engañaré, el principal motivo que me lleva a escribir este articulo es puramente personal. Os quiero hablar de los efectos impredecibles de los sueños y de la locura, pues creo que en gran parte es de allí de donde proviene el arte, e implica una transformación filosófica del artista que difícilmente llegaremos a entender. Así que hoy quiero descubriros a un artista, que hizo extrañas películas de terror a su medida, con un personaje único que claramente justifica estas líneas.
Pero empecemos por lo evidente, recientemente ha fallecido a los 83 años, el director, guionista y actor José Mojica Marins. El verdadero aficionado al terror lo conocerá por su carismático alter ego Zé do Caixão, también llamado el hombre del saco del Brasil, el Freddy Krueger brasileño y en los países anglosajones es conocido como Coffin Joe.
José Mojica Marins fue, ante todo, un personaje en sí mismo, con su barba, su traje negro, su capa, su sombrero de copa y esas largas uñas inmaculadas.
Zé do Caixão, traducible como José del Ataúd, es un cínico sepulturero, que ha protagonizado algunas de las escenas más brutales del cine, siendo objeto de culto en todo el mundo. Según solía contar el propio cineasta, su personaje nació de una pesadilla que tuvo estando enfermo.
Delirando fruto de la fiebre, se le apareció a los pies de su cama un hombre sin rostro vestido totalmente de negro, que lo arrastró por un cementerio hasta una lápida con su nombre inscrito y la fecha de su nacimiento y de su muerte. En ese instante el desconocido empezó a reír a carcajadas. Al mirarlo, comprobó horrorizado que ese hombre en realidad era él mismo. A la mañana siguiente se levantó teniendo claro el título y el argumento de su nueva película. Sería de temática de terror y se titularía “A medianoche me llevaré tu alma”.
Creyendo ciegamente en su proyecto, se endeudó y lo produjo de forma individual sin ayuda de ninguna productora. No encontró ningún actor que quisiera dar vida a Zé do Caixão, así que al igual que en su sueño acabó interpretándolo él mismo. De un modo paralelo a Bela Lugosi con Drácula, se metió tanto en su personaje que poco a poco las fronteras entre el creador y lo creado se irían difuminando.
A la par que en estados Unidos, Gordon Lewis dejaba a todo el mundo perplejo con el nacimiento del cine gore con “Blood feast” (1963) y “2000 maniacs” (1964), en Brasil surgió esta macabra locura surrealista a la altura de Buñuel, que emana un universo malsano dotado de la poesía del cine de arte y ensayo.
“A medianoche me llevaré tu alma” (1963) se inicia con un monólogo en el que Zé do Caixão mirando fijamente a cámara nos hace una filosófica declaración de intenciones: “¿Qué es la vida? Es el principio de la muerte. ¿Y qué es la muerte? Es el final de la vida. ¿Qué es la existencia? Es la continuidad de la sangre. ¿Y qué es la sangre? ¡Es la razón de la existencia!”.
De este modo se nos presenta este sádico sepulturero sin escrúpulos ni remordimientos. Esta obra claramente provocadora y blasfema, repleta de perversas escenas de violencia, sexo y sadismo, está a medio camino entre Edgar Allan Poe y el gore más desgarrador, muy inusual en esa época.
En este contexto, cabe destacar que si la película en vez de ser brasileña hubiese sido europea o americana, su reconocimiento en el cine de terror habría sido diferente. Ya que es antecesora a “La noche de los muertos vivientes” (1968) de George Romero, momento en el cual se considera que se empiezan a incluir vísceras realistas y asesinatos gráficos en el cine de terror.
Este sepulturero que no cree ni en Dios ni en el Diablo, es un brujo filósofo, tanto psicópata como justiciero, provocador de morbosas pesadillas y alucinaciones, que va dejando tras de sí un camino de sangre y horror. Sin duda, este siniestro personaje ha ganado por méritos propios formar parte del imaginario popular del terror y codearse con Drácula, Frankenstein, Dr. Jekyll y Mr. Hyde, la Momia, el hombre lobo y demás personajes míticos de la Hammer y la Universal.
Si bien el personaje de Zé do Caixão ha aparecido en numerosas películas, en realidad sólo tres tienen continuidad narrativa, que son “A medianoche me llevaré tu alma”(1963), «Esta noche poseeré tu cadáver» (1967) y «La encarnación del demonio» (2008).
De las distintas películas que he visto suyas, mi favorita es «El extraño mundo de Zé do Caixão» (1968). Dividida en tres segmentos al más puro estilo de «Creepshow», Zé do Caixão nos presenta tres cuentos de horror mientras filosofa sobre el significado del miedo y las distintas caras de la maldad. Aunque el personaje no aparece físicamente en ninguna de las tres historias, el tercer episodio esta protagonizado por un estrafalario profesor, interpretado por sí mismo, llamado Oaxiac Odez (es decir, su nombre al revés).
En esta perversa película Zé do Caixão nos convertirá en testigos de crueles torturas, mutilaciones, violaciones, asesinatos, experimentos humanos, canibalismo, necrofilia… Sin dudar en mostrarnos de manera bastante explícita escenas de extrema violencia para perturbarnos, logrando con creces su objetivo.
Hay que señalar que en la obra de José Mojica Marins, juega un papel fundamental su pasión por hacer sufrir a sus actores, tanto fuese enterrándolos vivos o rodeándolos de insectos, gusanos, arácnidos, cucarachas… Él decía que el verdadero actor debe ser capaz de superar el miedo y el dolor a través del control de la mente, así que para él lo menos importante era que supieran actuar. Es habitual ver en sus películas decenas de arañas reales, de tamaño considerable, caminando libremente por los cuerpos semidesnudos de sus víctimas.
Como véis, no se trata sólo de un director de terror extravagante, sino también de un poeta de lo macabro, creador de constelaciones oníricas de una belleza sensual y perturbadora. Uno de esos iconos irrepetibles que han marcado con su presencia una parte de la historia del celuloide.
Interesante, articulo que me adentra en los principios de este artista del terror.