Han pasado 32 años desde que se estrenó en los cines «La Historia Interminable«, una maravillosa película que hizo que los más pequeños, y aquellos que no lo eran tanto, se interesaran por la lectura.
Cuenta la historia de Bastian, un niño que se esconde en el desván de su colegio para leer durante horas un enigmático libro llamado ”La Historia Interminable”, en el que se relata la inminente destrucción del Reino de Fantasía.
Esta emotiva adaptación de la novela del mismo nombre de Michael Ende, se convirtió rápidamente en un gran éxito que cautivó a toda una generación, perdurando aún hoy en la memoria de aquellos que crecimos ante sus espléndidas imágenes.
Creo que todos nos metimos en la piel de Bastian y soñamos alguna que otra vez en ser valientes como Atreyu surcando los cielos en los lomos de Fújur el dragón blanco de la suerte. Al igual que Bastian, quisimos vivir sus aventuras y conocer a la Emperatriz Infantil, hacer amistad con el entrañable Comepiedras, consultar a la vieja tortuga Morla, subirnos al Caracol de carreras…
Ahora, a partir del 22 de julio, gracias a 39 Escalones Films, tendremos la oportunidad de dejarnos atrapar nuevamente por esta original historia dentro de otra historia y así volver a soñar y sentir las mismas sensaciones de cuando éramos críos.
Sufriremos y lloraremos con Atreyu cuando Artax se hunda en el pantano de la tristeza y se nos encogerá el corazón al revivir como la Nada se apodera lamentablemente del reino de Fantasía.
Os recomiendo aprovechar este reestreno en las pantallas cinematográficas para realizar un viaje a los recuerdos de nuestra infancia y combatir así a esa terrible Nada, que al hacernos mayores se come nuestra imaginación y nuestra capacidad de soñar.
Y como no, seducir a las nuevas generaciones a abrir emocionados los ojos ante la lectura, e invitarlas a experimentar con esa imaginación capaz de salvar un mundo con una sola palabra.
Mientras esperamos que llegue el día 22 para contemplar «La Historia Interminable» a la gran pantalla, os invito a escuchar la inolvidable canción interpretada por Limahl para que así os convirtáis durante un par de minutos en aquel niño que fuisteis.