El otro día recibí una invitación de El Periódico para asistir al Afterwork con Òscar Camps, fundador y director de Open Arms. Con curiosidad y sin saber muy bien a qué atenerme, acepté la invitación.
Una vez allí me explicaron que Afterwork es un ciclo de conferencias que se realizarán en el auditorio de las nuevas instalaciones de El Periódico en Hospitalet de Llobregat.
Esta primera trató sobre la crisis migratoria en el Mediterráneo, y se llevó a cabo el día 28 de octubre. Esta claro que esta fecha no estaba elegida al azar. De hecho, de esta forma arranco su narración Òscar Camps: «Un 28 de octubre de hace seis años nos curtimos en Lesbos como socorristas y como personas». Así empezó a narrarnos que ese día tubo lugar el rescate más duro de su vida, refiriéndose concretamente al naufragio de un barco con más de 300 personas a bordo de las que apenas pudieron salvar 250.
Òscar Camps nos explicó que su visión de la vida experimentó un giro de 180 grados, a raíz de ver en televisión la famosa fotografía del niño sirio de tres años Aylan Kurdi, cuyo cuerpo sin vida apareció tendido boca abajo en una playa de Turquía. Era el otoño de 2015 y el estaba trabajando como socorrista en Badalona, cuando impactado por esta imagen que dio la vuelta al mundo, decidió partir con un amigo y sus motos de agua hacia la isla griega de Lesbos para aportar su grano de arena. Así, sin ser del todo consciente, nació Open Arms, una ONG que se dedica a ejercer labores de rescate en el mar. Nos informó que a día de hoy ya han rescatado a más de 62.000 personas que trataban de llegar a Europa cruzando el Mediterráneo.
A lo largo de la charla se fue animando y no dejó títere con cabeza. No dudó en criticar a la gestión de la Unión Europea y los políticos en general. Nos explicó que en la vida ha tenido dos grandes disgustos, el primero de pequeño al enterarse de que los Reyes Magos eran los padres, y el segundo ya de mayor «fue un golpe muy duro enterarme de que la Unión Europea eran los abuelos».
En palabras del activista: «Ver lo que ocurre y que Europa no haga nada, me da vergüenza. Hemos visto cómo ha actuado la UE, que ha pasado de una inacción deliberada a financiar milicias armadas de un país en guerra para que persigan embarcaciones en aguas internacionales, las aborden por la fuerza contra la voluntad de las personas y las devuelvan a un país en guerra como es Libia, vulnerando todas las convenciones internacionales». Del mismo modo haciendo referencia a los guardacostas libios añadió: «la UE está financiando grupos armados que violan torturan, matan, extorsionan y comercian con personas». También denunció la persecución y criminalización que tienen por rescatar a los inmigrantes en el mar. En este sentido, subrayó: «Estamos perseguidos y criminalizados constantemente, no solamente por los partidos de la extrema derecha sino a veces incluso por el mismo Parlamento Europeo que veta el rescate».
Declaró sentirse satisfecho con el juicio del exministro de Interior italiano Salvini, que se encuentra a la espera de sentencia, acusado de secuestro de personas por impedir el desembarco de inmigrantes en territorio italiano.

No puedo finalizar este escrito sin hacerme eco de «Mediterráneo», la película que narra su historia, y que según nos explicó «refleja muy bien el caos vivido». Nos dijo que colaboró estrechamente en su elaboración, con el objetivo de que reflejase la dramática situación que ellos vivieron durante la crisis humanitaria en las costas griegas rescatando gente del mar a punto de morir ahogada.
Nos contó algunas anécdotas del rodaje, quizá la más traumática es que los figurantes que participaron en el film eran auténticos refugiados sirios, y que cuando acababan de rodar, mientras los actores iban al hotel a descansar, ellos regresaban a los barracones de su campo de refugiados.
Este drama social está dirigido por Marcel Barrena y protagonizado por Eduardo Fernández, Anna Castillo y Dani Rovira. Y ha sido, ni más ni menos que, preseleccionado para representar a España en los Oscar.